Últimamente no he podido dormir. Debe ser porque me has robado el sueño, con tus ojos, con tus labios, con tus encantos… Y no te culpo, al contrario, Me alegra no dormir por pensar en ti. Añorando constantemente un futuro incierto como posiblemente lo hagas tú; aunque no sé si sea por estar pensando en mí.
He dejado de lado las cosas que debía hacer
desde hace ya un par de días.
No puedo dejar de añorar infinidades contigo.
Que me quieras.
Que te quedes a mi lado,
una, dos, tres noches…
O el resto de nuestras vidas.
No es mucho lo que ofrezco, amor. Te ofrezco mi vida entera, para poder demostrarte día con día que eres lo más hermoso que me ha pasado. "Lo juro. Juro que te pienso, incluso cuando no puedo ni pensar. Juro que te grito en el vacío del silencio. Juro que te necesito."
Por favor,
solo mírame.
Mira todo este amor incondicional que pongo ante tus pies,
ante tus manos,
ante tus miedos,
ante tus inseguridades.
Yo también tengo miedo,
también evito caer herido
ante el combate del amor;
ante esta guerra interminable
pero fructífera,
que me ha hecho escribirte poemas.
Poemas malos
pero llenos de amor.
Solo falta que sueltes las riendas del miedo
y que comiences a caminar
a mi lado,
aunque de que creas que es inseguro.
Yo me encargaré de hacer el camino lo más seguro posible
para que camines con toda tranquilidad.
Quédate a mi lado.
Te haré el amor.
Te haré sentir feliz.
Te prepararé el desayuno cada mañana.
Te Quiero.
Te ofrezco lo que soy,
imperfecto,
con unas perfectas ganas de amarte.
Cada anochecer,
cada amanecer,
cada atardecer;
a cualquier hora del día
estaré para ti.
En tus pensamientos,
en tu corazón,
en las noches donde no puedas dormir.
Para afirmarte
que valió la pena
perder el miedo
y comenzar de nuevo.
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Escrito por
Brandon Santillán Velázquez
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