Capítulo ocho
La leyenda
El murmullo del agua cuenta una historia aquella que nos une siempre, porque no importa cuanto tiempo pase, la humanidad no pude dejar de penar; sufrimos males muy similares a los de nuestros ancestros.
Sin embargo, para los desgraciados que hemos caído en este rincón de miseria la esperanza fue lo primero que nos abandonó. Alguna vez me dijeron que son lagrimas, las lagrimas de los antiguos cerros cuando lloran su tierra. Otros dicen que es el camino de la llorona; es por donde anda entre lágrimas.
Lo cierto es que hay un río, sinuoso y turbulento que, cuando te atrapa no te suelta, te lleva de aquí para acá y cuando crees que te dejará ir te vuelve a hundir: de este destino no te pude salvar ni la muerte, vivir eternamente ahogándose.
—¡No manche! Don Chencho y a poco eso si es real— preguntó el esposo de mi hija mientras me extendía la mano con un poco de pulque.
—Son los gritos que oyes en el convento.
—En tons no es fantasma— negué con la cabeza —¿Y por qué llueve?
—Por ellos siguen el río, es como una víbora de aguas, un brazo del río.
—Pero cómo alguien podría sobrevivir a eso Tito— preguntó uno de mis nietos, la razón por la cual hoy recuerdo esta historia.
—Es un castigo para los que viven eternamente mijo, eso me dijo el viento— los niños me miraaron y pensé que se desataría el llanto, pero la más chica me miró a los ojos y dijo.
—¿Por qué los castigan?. Se portan mal— Tito la cargó y la puso en su rodilla.
—Tal vez oí mal y no es un castigo es difícil oír al viento cuando te estás riendo— y empezó a hacerle cosquillas a los niños; siempre hacen preguntas para las que no tengo respuestas.
Cuando los niños se fueron con sus padres pude disfrutar de mi pulque. De pronto ví a la víbora dando vueltas revolcandose en las nubes con desesperación mientras una fuerte llovizna empezaba a caer. Las venas de la tierra se empezaran a volver locas y eso no es bueno para las tierras de cultivo.
Sin embargo, no sientí algo malo, se sentía como algo nuevo y seguro. Tenía que ver con un auto que se aproximaba.
También te puede interesar: La raíz del Ahuehuete VII
También te puede interesar: Me vas a extrañar