Hola mamá, he puesto el autocorrector en este miserable escrito, solo para evitar mis faltas de ortografía, que para muchos son nulas. Sé que probablemente esperabas un poema mío, escrito para ti desde hace ya muchos años, pero lo lamento, he perdido la mayor parte de mi vida en cosas sin sentido, que lo había olvidado. Pero quiero que sepas que jamás he olvidado amarte y, que siempre será así. Aunque sea un pésimo hijo, aunque sea un pesimista. ¡Perdón por ser lo que soy! Sé que hubieras querido un hijo que creyera en la felicidad, que construyera un futuro alentador y, todo este tipo de cuestiones que cuando somos padres, queremos para nuestros hijos. Pero la vida me atormentó, la vida me golpeó una y otra vez, hasta que viera la vida de una forma distinta. Pocas veces sonrió, pocas veces entablo charlas, nunca hablo de lo que me pasa, de mis días de desgracia y, uno que otro triunfo, me cuesta hacerlo, detesto hablar de mí, excepto cuando bebo, allí creo que podría ser otro, que podría ser feliz, que podría llegar a casa y abrazarte, para decir lo tanto que te amo. Pero no puedo, ¡Créeme! ¡Detesto ser esto! Preso del desaire que me ha atormentado, que me a frustrado, que arrebato gran parte de aquel niño que corría por todo el patio, aquel que creía en el amor sincero, que podría ser un gran ejemplo, que equivocado estaba, un maldito iluso que de desilusiones se vive hoy día… "Perdón mamá, perdón por las veces que te falle, por no ser el ejemplo de hijo que te hubiese gustado tener, solo que detesto la compañía y, la soledad en ocasiones me atormentó." Perdón por mal gastar mi tiempo en amistades que no me llevaron a buen puerto, pero juro que todo cambio cuando conocí la literatura. Empezando por aquel libro viejo que guardabas de Siddhartha. No sé cómo decirlo, mucho menos expresarlo, pero créeme, te amo.
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En este artículo:Aguja Imantada, Literatura, Poema, Poesía
Escrito por
Brandon Santillán Velázquez
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