Estaba la huesuda en la montaña del coyote, bajó al centro y se comió un elote, miró sus paisajes rústicos, escuchó banda y supo que era tierra de músicos. Observó en el pueblo mucha unión y carnalismo, se sorprendió y admiró con el muralismo, dijo: su gente merece un trofeo... para conocer su historia vayan a su museo. Si quiere un pueblo rico en cultura no le busque, mejor venga a la feria del mole y el pulque, acá se come y se bebe rico, no tenga duda, a sus espaldas encontrará el cerro de la mujer desnuda. A ver, vengan esos de Radio Coyotepec y Grupo Valle, no teman que los agandalle, y también tráiganme a aquél, sí, ese, el de Paletería Abel. Que hay mucho ingenio es muy sonado, que hasta ponen el cempasúchil en helado, si es que no le temen a los espantos, ahorita nos vemos en Helados Santos. Para esos borrachos que frecuentan Coyometl y el Ixtlán, sigan así y pronto nos vemos en el Mictlán, hoy vine por ustedes en mi visita anual, pero se salvaron porque sé que consumen local. Hasta pronto pueblo de coyote, ya me voy, no se me alborote; espero su riqueza cultural nunca se agote, nos vemos el otro año que venga de rebote.
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En este artículo:calaverita literaria, Coyotepec
Escrito por
Jorge Luis Terreros Sánchez
Persona y personaje. Comunicador-comunicólogo por convicción; un ser humano entusiasta de temas de carácter colectivo, interesado en causas sociales, gustoso de escribir para contar historias en distintos formatos y, cuando se puede, humorista.
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