Vivir un desastre natural puede ser una de las más grandes tragedias que le pueden pasar a alguien, pero, también puede ser una experiencia para demostrar unión, serenidad, organización y esperanza.
Desde el 13 de agosto el huracán “Grace” tuvo lugar en diferentes estados de la República Mexicana, principalmente en la zona del Golfo de México y actualmente continúa su trayectoria por el Estado de México en el municipio de Texcoco.
El pasado sábado 21 de agosto el huracán Grace clasificado como categoría tres, paso por el municipio de Tecolutla en Veracruz, aproximadamente de la 1:00 AM y hasta las 5:00 AM estuvieron rotando los fuertes vientos ocasionando un sinfín de destrozos a construcciones, vehículos y a la naturaleza en sí (árboles, plantas, etc.).
En Tecolutla aún no se reportan personas heridas o fallecidas, esto principalmente porque los habitantes de Tecolutla se encontraban preparados en diferentes aspectos: mentalmente y emocionalmente fueron algunos de ellos.
El desastre natural y la postura mental
Tecolutla es un municipio en donde uno de sus principales medios de producción es el turismo. Desde los primeros días que fue anunciado el paso del huracán por el área de Veracruz, muchos hoteles y hospedajes cancelaron su servicio haciendo devoluciones a quienes ya habían reservado, se anunciaban en grupos y publicaciones de Facebook que las actividades estarían suspendidas.
El sábado y domingo fueron días de una amplia incertidumbre para los turistas ya que se rumoraba que no podrían regresar a sus casas por los deslaves de las carreteras y la falta de electricidad en las estaciones de autobuses.
Las carreteras recibieron mantenimiento rápidamente y las empresas de transporte se pudieron organizar para reubicar las salidas de viaje de los turistas y que estos pudieran regresar a sus casas.
Muchos lugares de hospedaje decidieron cerrar por no tener las condiciones y los servicios completos para los turistas.
El viernes 20 de agosto las calles y las playas de Tecolutla estaban vacías, los comercios estaban cerrados y se podían obtener los servicios de comida y hospedaje únicamente con previa anticipación y reservación.
Fue un amanecer nublado y llovió todo el día, se percibía un ambiente de tensión.
Muchos hoteles cubrieron sus puertas con bardas de madera y reforzaron las ventanas con plásticos especiales, las tiendas estaban cercadas con mayas de metal y los pocos habitantes que tenían que salir llevaban puestos impermeables y paraguas, se notaban con prisa por llegar a sus casas.
Al preguntar a los residentes de Tecolutla, ¿Qué esperaban del huracán? Las respuestas eran claras y concisas: “Es un huracán, va a estar feo, pero, mientras estemos en casa estaremos bien”, “Va a ver lluvia, aire, remolacha, ya hemos sobrevivido a otros desastres”, “Pues solo no hay que salir y no pasa nada”, “El huracán va a pasar y entre más rápido mejor, mañana ya habrá acabado y todo estará bien”.
Las personas de Tecolutla estaban preparadas, no tenían miedo, pero sí un amplio respeto hacia la naturaleza, sabían que habría daños y por eso se prepararon, hubo una conciencia colectiva en donde solo quedaba prevenirse y cuidarse para evitar un accidente o incluso la muerte.
Pensamiento Urbano
Si se compara la mentalidad de las personas que residen en la ciudad con las de la costa podemos notar muchas diferencias muy contundentes:
En la ciudad no ocurren estos desastres naturales o no con la misma potencia que en los estados con playas, es por eso que las personas de la urbe tienen un pensamiento más fatalista y temeroso por la ignorancia a lo desconocido o lo que no es cotidiano, mientras que las personas de la costa lo ven como algo normal, algo que es inevitable. Ven estos factores de la naturaleza con frialdad, con respeto y sobre todo con mucha tranquilidad sin dejar de lado los posibles riesgos.
Evidentemente con esto no se crea una generalización de opiniones que pudieron haber tenido los habitantes de Tecolutla, también pudo sentirse el miedo y la angustia por no tener la certeza de los daños que el huracán dejaría.
La escalofriante madrugada y el auge del huracán
Fue durante la madrugada cuando el huracán Grace tuvo su momento cumbre en Tecolutla. El fuerte ruido del viento generaba escalofríos, las ventanas vibraban, se podía escuchar cómo caían los árboles al igual que los golpes de las construcciones cayendo. El miedo abrazo a los habitantes de Tecolutla y a los turistas que estaban presenciando el momento.
Aproximadamente a las 4 am el cielo se iluminaba con relámpagos, la noche se volvió larga.
Al amanecer el aire continuaba y conforme avanzaba el día iba disminuyendo la intensidad de este, la lluvia dejaba de ser fuerte y poco a poco se comenzaba a ver el sol tratando de salir.
Unión, orden y solidaridad
En la mañana del sábado ya no había luz ni agua, se habían caído los postes y los cables. Las calles estaban llenas de ramas, hojas, madera, cemento, árboles completos impidiendo el paso, etc.
Fue ahí cuando el trabajo empezó a tener lugar. Salieron las familias enteras con machetes, escobas, recogedores, bolsas de basura y carretillas listas para poner orden a lo que pudieran, el trabajo fue en equipo y sin distinción de género o edad.
A pesar del huracán se encontraban muchos turistas que continuaron sus planes de viaje, por la tarde la playa se encontraba sucia por los restos de palapas, palmeras y árboles que el viento destruyó. El mar iba arrojando todos estos y fue ahí cuando todos los turistas y personas locales se unieron para limpiar la playa orillando los restos para que fuera más sencilla la limpieza.
Todo el día y en todas partes se podía ver la unión, ya no había miedo, ahora solo eran ganas de volver a estar bien.
Al generar dialogo con las personas de Tecolutla se podía percibir paz, ya había pasado la tormenta y ahora solo quedaba salir el sol.
Las bromas y chistes tuvieron lugar en las calles de Tecolutla, se escuchaban frases como: “Ya ahorita ya no hay huracán, ya lo mandé pa’ Puebla”, “Yo pensé que ya te había llevado el aire güey”, “El huracán chingó mi casa, hora’ me voy a tener que ir con mi tía, pero ronca un chingo ni voy a poder dormir”, entre muchas más.
En Tecolutla desde el sábado 21 y hasta el día miércoles 25 de agosto no tuvieron servicio de electricidad en el municipio, fue el jueves 26 que pudieron reestablecer una parte, aunque aún hay lugares sin luz. Poco a poco comienzan a restaurarse las señales de las diferentes telefonías.
Debido al clima que hay en Veracruz y la falta de electricidad la comida dejaba de servir muy rápido ya que no había refrigeradores en donde pudieran conservar sus alimentos frescos y en buen estado.
Definitivamente han sido días muy difíciles para los habitantes de Tecolutla en sus vidas cotidianas y principalmente en su economía, ya que sin asistir la misma cantidad de turistas y suspendiendo las actividades turísticas puede haber un declive en la economía del municipio, además, de estar viviendo diferentes carencias por la falta de servicios y de alimentos.
Personas y organizaciones de diversos estados han hecho colectas de víveres y diferentes apoyos económicos para llevar a Tecolutla y a otros municipios afectados por el huracán en Veracruz.
En algunos grupos de Facebook los residentes de Tecolutla hacen publicaciones pidiendo que la gente vaya a visitar el municipio indicando que poco a poco todo va mejorando y que estarán listos para recibir a los turistas.
Las diferentes instituciones encargadas de arreglar y reestablecer los diferentes servicios continúan trabajando para que se siga disminuyendo el tiempo de “pausa” en el que se encuentra Tecolutla como un destino turístico.
No cabe duda que uno de los miedos más grandes de los humanos son los desastres naturales. La naturaleza es impredecible y lo desconocido siempre nos generará incertidumbre que puede convertirse en miedo.
Las personas de Tecolutla tienen un gran valor para regenerar sus tierras y lo seguirán haciendo sin darse por vencidos. Son personas con pensamientos muy interesantes, son optimistas y tienen actitudes muy cálidas.
La gente de Tecolutla te abraza y te muestra que, aunque todo lo material este perdido, mientras se tenga vida y salud todo se puede recuperar.
Pese al mal sabor de boca que dejó el huracán, los seres humanos en los peores momentos desarrollamos la capacidad de empatizar, de hacernos reír cuando más angustia sentimos, tratamos de amenizar hasta el peor momento, somos seres sentimentales y en eso nos basamos. Esta cualidad abre paso al progreso.
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Fuentes
- Dirección General de Observatorio de Amenazas y Recursos Naturales (2021) Categoría de los Huracanes. Consulta: 26/08/2021
- NATIONAL HURRICANE CENTER and CENTRAL PACIFIC HURRICANE CENTER (2021) Tormenta Tropical Grace Aviso Publico Consulta: 26/08/2021
- Trejo, Y. (2021) Huracán Grace en vivo: ¿dónde está en tiempo real? Diario AS México. Consulta: 26/08/2021
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