Anoche en un estado impuro de la pureza de mi ser, le rece al Diablo, a Satanás. Como el hecho de rebeldía pura, con el hecho de quebrar mis ganas de suicidio y, la depresión.
«Jamás había creído en un Dios puro, que me vio caer una y mil veces, sin que acudiera a mi llamado. Sin que se mostrará ante mí y, me ayudara.» Quizás Dios sea egoísta, quizás no pueda ayudar a todo el mundo y, solo está allá arriba, riéndose de uno por sus desgracias, en su teatro cósmico-privado, en su afán de ver cómo sufrimos, como no sana las enfermedades, quizás le guste ver arder a las multitudes. Si Dios existe, el humano es su mascota preferida.
Anoche le recé al Diablo, quise ser parte de su legado, quise ser parte del sendero de la izquierda. Pulcro, lúcido y, astuto lo llamé hacía mí.
Sentí el fuego arder sobre mi ser, parecía estar en el desierto árido y caliente. Escuché una voz susurrar en mi oído: Me has llamado ¿Qué necesitas de mí?
Supuse que era un sueño, que todo sería diferente al despertar. Aunque si bien, dentro de mí sabía que no era un simple sueño.
Estaba con él. Quise huir, salir corriendo. Pero si ya lo había llamado y, él había acudido, sería malo irme. Así que preferí quedarme y, escuchar todo lo que tenía que decir.
«Estimado Brandon, tengo demasiadas cosas que decirte, en especial, alejate de todo mal, está sociedad está corrompida por la idiotez, por la inmadurez de sobrellevar estás catástrofes. Dios se ha cansado de la mayoría de sus hijos». No son nada sin él y, aún así se alejan más.
El mundo vive en un daño constante, sufrirán más de lo necesario, lloran lágrimas impuras, su desconsuelo es constante, déjalos sufrir, para que gocen más la vida en un futuro.»
Por consiguiente, tomó mi mano y, me dio la respuesta de cómo conseguir hablar con él, cada vez que yo lo quisiera así.
Anoche le recé al Diablo y, en mucho tiempo, fue la mejor decisión que haya tomado.
He conocido su legado, Belcebú, Leviathan, Lilith, etcétera. Cada uno me ha mostrado sin fin de cosas, me han llenado de conocimiento, he descubierto los atropellos de la humanidad, de los seres más puros, aquellos que se han dedicado a proclamar la palabra del señor, Jesús, Dios, Jehová o todo aquel nombre que lleve.
Anoche le recé al Diablo. Proclamando ser yo, un hijo suyo.
La gente creé que por «Adorar» A una Deidad distinta a la suya, eres un ser pecador, lleno de odio y, todo este tipo de cosas malditas. Y yo sigo creyendo que el Satanismo, nos lleva a la adoración de uno mismo, de dejar a un lado la ignorancia.
Anoche le rece al Diablo…
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