Que curiosa es la vida, las personas, uno mismo.
Creo haber cometido muchos errores, acumulando un sin fin de caídas.
Y aún así, cuando muera, estoy casi seguro que muchos dirán que era un grandioso ser humano.
¡Patrañas! ¡Hipócritas, mediocres!
No digan eso, digan la verdad.
Que fui un maldito cobarde. Que sufrí tanto y que nadie se acercó a mí.
Digan que llore más veces de que las que reí.
Digan, también, que fui orgulloso y testarudo.
Que pocas veces le fui infiel a mis ideales, que jamás quise encajar con la multitud.
Siempre quise ser diferente, no por mi vestimenta, ni mi peinado o esas cosas que hoy son esenciales.
Quise ser diferente por mi forma de pensar, de ser, de entregarme a las personas (Casi siempre errando en elegir a quien).
Pero estoy seguro
que el día de mi muerte, comenzarán a leer mis pinches poemas culeros.
Y estoy aún más seguro,
que muchos tendrán mayor significado.
Algunos entenderán muchas cosas que solo se pueden guardar entre letras.
Otros dirán que siempre fue una estúpida idea, esta de querer ser un escritor.
Nunca quise ser un Baudelaire, un Shakespeare o un Bukowski.
Siempre quise ser yo, no importaba cuánto costara serlo.
Pero sé que estas letras serán inmortalizadas el día de mi muerte.
Las leerán una y otra vez.
Por rencor, por dolor, para recordarme. Sea cual sea el propósito,
sé que las leerán y sabré que lo he hecho bien o al menos no tan mal.
Así que, el día de mi muerte, espero que nadie llore.
Espero ver a uno que otro con una cerveza fría,
a otros con algún cigarro.
Todos recordando noches de insomnio con estos pendejos vicios.
Que recuerden las noches donde no pude dormir porque la inspiración llegó y no paraba de escribir.
El día de mi pinche muerte,
quiero que a los que les entregué mis mejores días,
estén un poco orgullosos de haberme conocido.
Y que siempre sepan que me costó entregarme por completo.
Por las decepciones amorosas, por los falsos amigos.
Pero estoy seguro que solo estarán los que siempre fueron fieles.
Los que siempre me dieron la mano, sin importar cuántas veces haya caído.
"Así que el día de mi muerte…
Lean mis pinches poemas, tomen una cerveza y digan que siempre fui mejor poeta que persona."
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Escrito por
Brandon Santillán Velázquez
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