El pasado 6 de marzo, Eulalio Cervantes Galarza, mejor conocido como “Sax” e integrante de Maldita Vecindad fue hospitalizado por complicaciones en oxigenación debido a COVID-19; el 14 de marzo su esposa Jessica Franco, confirmó su fallecimiento a través de una publicación en la cuenta de Twitter oficial de la banda.
La pandemia por COVID-19 ha cobrado la vida de diferentes personalidades del mundo del espectáculo, mismas que dejaron grandes aportes en la industria de la música por su influencia y la profundidad de sus letras. “Un gran circo” es una de las canciones más emblemáticas de la banda por su sentido de protesta y reflejo de la realidad.
A través de la canción “Un gran circo”, Maldita Vecindad destaca la manera en que la pobreza en la Ciudad de México se ha convertido en casi un circo o teatro que entretiene en vez de incomodar a sus espectadores, de tal manera que el gran circo es la capital y revela la manera en que los problemas serios de la ciudad son ignorados y hasta cierto punto cotidianos que se convierten en una atracción.
La banda mexicana Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio, se formó meses antes del terremoto de 1985 en la Ciudad de México y comenzó su carrera al dar “conciertos en el circuito subterráneo surgido de la movilización civil del terremoto”.
Desde entonces, Maldita Vecindad se alió con otros movimientos sociales, como el de los estudiantes de la Ciudad de México del Consejo Universitario Estudiantil de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 1986, los estudiantes chicanos en los EE.UU. del Movimiento Estudiantil Chicano/a de Aztlán (MEChA) alrededor de 1991, así como con el grupo de izquierda revolucionario basado en Chiapas en 1994, Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
“Todos los integrantes de Maldita provenimos de barrios populares y toda nuestra vida ha sido una mezcla involuntaria de muchas culturas, eres un híbrido, eres un reflejo de cómo es tu país”.
Pato, miembro de la banda.
Maldita Vecindad utiliza el término “circo” irónica y críticamente para destacar que los personajes en las calles que parecen artistas de un circo en realidad son individuos desplazados económicamente que solo buscan diferentes formas de sobrevivir.
Se demuestra la ironía de ser entretenido por un “mal payaso” que es tan solo un niño que “finge sonreír”, y un “gran faquir” que vive sin comer “lanzando fuego”. El espectáculo debería ser una experiencia agradable, pero al revelar la realidad de estos dos animadores, no hay manera en que un espectador pueda disfrutar casualmente de estos espectáculos.
Esta comparación de la calle a un espectáculo simultáneamente revela y oculta las implicaciones del subdesarrollo en la ciudad. Mientras se aparenta diversión y alegría a la vez se subraya el predominio de la pobreza y la marginalización de las calles.
Una de las bandas mexicanas con mayor aporte social en sentido de protesta político, social y económico de México.
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