La Universidad Autónoma del Estado de México está a punto de escribir un capítulo inédito en su historia: por primera vez, una mujer ocupará la rectoría de esta institución emblemática. Pero no se trata solo de romper una barrera simbólica, sino de redefinir el liderazgo universitario desde una visión distinta, comprometida y profundamente humana.
Entre las candidatas que buscan encabezar esta nueva era destaca la maestra María José Bernáldez Aguilar. Su candidatura no solo suma experiencia y preparación académica, sino una visión ética, crítica y transformadora. Bernáldez no es ajena a los pasillos universitarios: nació en una familia profundamente vinculada a la UAEMéx, fue alumna, consejera universitaria, docente y directora de la Facultad de Derecho. “Mi camino ha sido profundamente universitario”, afirma con serenidad y convicción.
A lo largo de casi dos décadas, ha ocupado distintos cargos con una constante: el servicio a la comunidad universitaria. Desde la defensa de derechos universitarios hasta la coordinación de asesores de rectoría, su trayectoria revela una comprensión integral de la institución y un compromiso claro con sus valores.
Un programa con fondo, no de forma
Su propuesta de trabajo no es una lista de buenas intenciones. Es, más bien, un manifiesto institucional que parte de una convicción clara: la universidad debe estar al servicio de su tiempo y de su entorno. “No se trata solo de formar profesionistas, sino de impulsar una transformación ética, social, ambiental y tecnológica”, sostiene. Desde esa lógica, ha estructurado un programa de acción centrado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entendidos no como una moda, sino como un marco ético y operativo para guiar la acción universitaria.
La candidata plantea una universidad de calidad, equitativa y pertinente, que articule conocimiento con justicia social. Entre los ejes que propone destacan:
Educación con calidad y equidad, ampliando cobertura sin sacrificar excelencia, fortaleciendo plataformas digitales y renovando planes de estudio con enfoque transdisciplinario y humanista.
Vinculación estratégica con impacto real, para convertir a la UAEMéx en un actor transformador mediante alianzas con el sector público, privado y social. “La universidad debe generar respuestas útiles y visibles”, insiste.
Investigación aplicada y empleabilidad, reforzando programas de prácticas profesionales, bolsas de trabajo activas y acompañamiento para egresados. La formación, dice, debe traducirse en oportunidades reales.
Cultura de paz y justicia de género, con propuestas contundentes como la creación de un tribunal universitario que garantice atención eficiente, protección a víctimas y cero tolerancia a la impunidad. “Las víctimas no deben quedar solas frente a un sistema que ha sido lento y revictimizante”, advierte.
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Bienestar universitario integral, con programas que aborden la salud física, mental, nutricional y comunitaria, además de una apuesta por el deporte, la cultura y la identidad regional.
Modernización administrativa y transparencia real, que simplifique procesos, elimine la burocracia innecesaria y garantice un manejo ético y abierto de los recursos públicos. “Tenemos que proteger a la institución. Si se detectan delitos, se debe denunciar”, afirma con claridad.
Ética profesional, convicción personal
Más allá de los diagnósticos técnicos, María José Bernáldez se presenta como una mujer con visión y carácter. En una época en la que la rendición de cuentas suele evadirse con discursos huecos, su postura es firme: la ética no es negociable. “Quienes somos parte del servicio público universitario debemos construir lo común, no lo privado”.
Al hablar de la violencia de género, su tono se vuelve aún más firme. No es un tema superficial en su agenda. Propone protocolos eficientes, acompañamiento integral a víctimas y capacitación institucional seria. “Es hora de que las víctimas reciban justicia y que nuestra universidad asuma con madurez su papel como garante de los derechos”, afirma.
Cuando se le plantea una situación hipotética sobre corrupción en su equipo, responde sin titubeos: actuaría conforme a derecho, sin tolerancia, sin encubrimientos y con la prioridad de proteger la integridad de la institución.
Democracia y comunidad: su horizonte
En medio de un proceso de sucesión que ha despertado señalamientos, María José confía en la institucionalidad. Cree en los procesos transparentes, en el voto razonado de los consejeros y en el derecho de las comunidades a elegir libremente. Cuando se le pregunta si le gustaría que alguna otra candidata fuera rectora en caso de no ser elegida, responde con madurez democrática: “Lo mejor sería que nuestra comunidad elija libremente”.
Finalmente, lanza una invitación directa a la participación consciente: “La democracia no es solo votar, es construir, opinar, involucrarse en los planes de trabajo. Somos una universidad autónoma, que forma personas libres y responsables. Ese espíritu debe guiar nuestras decisiones”.
Una universidad con alma
María José Bernáldez no solo ofrece propuestas concretas, sino un estilo de liderazgo basado en principios, conocimiento profundo del sistema universitario y un compromiso inquebrantable con el bien común. Su visión no pretende maquillar los problemas, sino enfrentarlos desde la legalidad, la inclusión y la honestidad.
Con ella, la UAEMéx podría no solo iniciar una rectoría histórica por el género de quien la encabece, sino dar un giro profundo hacia una universidad con rostro humano, voz firme y alma ética. Y eso, en estos tiempos, es tan valioso como urgente.
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